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Gobernar las metrópolis, Capítulo 1 - Las regiones metropolitanas de América Latina. Problemas de go

En sintonía con otros textos, el libro Gobernar las metrópolis publicado por el BID, reafirma la previsión de un crecimiento sostenido de la población urbana y de las grandes ciudades en general. Asimismo, menciona como principales factores de este fenómeno al mayor ingreso per cápita y a la mejora en la calidad de vida. Analizaremos aquí el primer capítulo del libro.

Pero antes quisiera hacer una primera pregunta, ya que en muchos casos las clases medias y altas eligen reubicarse en barrios (abiertos o cerrados) con una buena relación con la naturaleza: ¿Realmente la población migra por cuestiones de "calidad de vida" o lo hace por el simple hecho de poder acceder a un empleo, que no necesariamente significa mejorar sus condiciones de vida?


Las regiones metropolitanas de América Latina.

Problemas de gobierno y desarrollo. (Eduardo Rojas)


El crecimiento de un área metropolitana trae aparejado mayor actividad económica y por ende mayor crecimiento de su economía. De hecho, las áreas metropolitanas producen la mayor parte del PBI de sus naciones. Sin embargo, este fenómeno implica también profundos cambios en su estructura espacial.

Entre otras cosas, el encarecimiento del suelo tendió a producir una dispersión urbana hacia la periferia impactando sobre los traslados entre ésta y el o los centros de las áreas metropolitanas, marcando una ruptura con la estructura espacial tradicional. Aparecieron lo que el autor denomina "artefactos urbanos" como son los grandes centros comerciales, los barrios cerrados y los parques logísticos y que configura una Ciudad de Islas(1).


Si entendemos este concepto como una forma de fragmentación, vemos que las consecuencias son un mayor costo para proveer los servicios (tendidos más largos para bajas densidades de población) y centros sub-explotados. También se manifiesta una urbanización de la pobreza, ya que dentro del territorio se configuran áreas geográficas de radicación de la pobreza, fomentada por los altos niveles de desigualdad. La pobreza debe ser entendida como estructural (combinación de necesidades básicas insatisfechas

e ingresos insuficientes) y no meramente económica y tiende a transmitirse de generación en generación por falta de intervención de los gobiernos y por la baja probabilidad de obtener acceso a mejores ubicaciones dentro de la metrópolis. Según datos del Banco Mundial, la desigualdad en América Latina se configura como la más alta del mundo. (2)


Otro punto a destacar es la congestión que hoy en día presentan estas áreas y que afirman que en América Latina y el Caribe el promedio de viaje entre el hogar y el puesto de trabajo supera ampliamente los 60 minutos. De esta manera las empresas solo acceden al 50% de la oferta potencial de mano de obra metropolitana y viceversa. Por otro lado, el impacto de la tecnología hizo que en buena medida creciera el empleo en el sector de los servicios, que en general precisa mano de obra con algún grado de especialización, lo cual dejaría afuera a operarios fabriles o afines, y además no necesita localizaciones específicas como otro tipo de actividades.


A nivel macro se da en estas áreas un aumento en la mezcla social, pero a nivel micro un mayor aislamiento entre grupos. La supuesta solución de los barrios cerrados, la seguridad privada y el abandono de espacios públicos en realidad, agravan la situación de delito y crimen. (3)


Con respecto a la gobernabilidad de las áreas metropolitanas, hay una tendencia regional hacia la descentralización. En los países industrializados, los gobiernos locales manejan el 35% de sus gastos, mientras que en nuestra región el promedio ronda el 15%. Hay muchos municipios pequeños que enfrentan graves problemas de financiamiento y por ende les cuesta más desarrollarse. Además, existen problemas de relación intergubernamental con municipios vecinos.


Para lograr un buen gobierno local, Rojas define cuatro puntos importantes:


1. Las relaciones intergubernamentales: Debe definirse quién hace qué, quién cobra qué impuestos y tasas y cómo se resuelve la falta de equilibrio entre ingresos y gastos (desequilibrio entre gobiernos verticales). También hay que pensar como igualar los niveles de servicio entre jurisdicciones territoriales (con un sistema de transferencia entre gobiernos horizontales) y establecer si los gobiernos locales deben o no endeudarse, siempre teniendo una estricta disciplina del gobierno central.


2. Gobernabilidad: Deben existir mecanismos eficientes que favorezcan la participación de la comunidad en las decisiones, es decir, democratizar el gobierno local. Promover sistemas de elección de los mandatarios, cuerpos colegiados para representar y supervisar, instituciones formales y un régimen regulativo de información sobre las acciones de dicho gobierno. Una buena opción puede ser separar las elecciones locales de las nacionales.


3. Desarrollo Institucional: Los gobiernos locales deben tener capacidad institucional y fomentar dentro de ellas programas de carrera, de forma que el personal pueda pensar en progresar y desarrollarse dentro de ellas. Se deben implementar sistemas eficientes de recaudación, planificación, presupuesto y medios efectivos de control y evaluación. Establecer relaciones con otros niveles de gobierno y/o agentes privados.


4. Financiación: Los recursos propios son más valorados a nivel local, por lo tanto deben convertirse en la fuente de financiación más apropiada (impuestos, tasas y servicios). En caso de optar por un endeudamiento a nivel local, se deben establecer relaciones intergubernamentales, determinar riesgos y facilitar la información financiera y presupuestaria.



Como conclusión, está claro que las áreas metropolitanas ofrecen mayores posibilidades de desarrollo humano y tienen como gran cuenta pendiente, mejorar y corregir la distribución de los recursos y su relación con el medio natural. Hasta ahora hemos visto mucho de desarrollo pero poco de sustentable.

Es necesario repensar y reestructurar los gobiernos locales para lograr una mejor representación de los habitantes y una mejor intervención sobre el territorio, y evitar que los municipios se configuren como bienes de uso de los aspirantes a la carrera política y los terratenientes.


Referencias:

(1) Janoschka, M. 2002. El nuevo modelo de la ciudad latinoamericana: fragmentación y privatización.

Revista EURE 28 (85): 11-29.


(2) Banco Mundial. 2001. “Indicadores de Desarrollo Mundial” CD ROM. Washington DC. Banco Mundial.


(3) Dammert, L. 2001. Construyendo ciudades inseguras: temor y violencia en Argentina.

Revista EURE 27 (82): 5-20.


Rojas Eduardo, Cuadrado-Roura Juan R., Fernández-Güell José Miguel, (eds) (2005) Gobernar las Metrópolis, Banco Interamericano de Desarrollo-Universidad de Alcalá, Washington D.C. 555 páginas.

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